lunes, 22 de octubre de 2012

Páginas 117-126

Las veladas con Gilberte le permiten al narrador conocer mejor a Swann. Es cierto que, en algún momento de su vida (futura en relación al momento narrado), algo de la información contenida en "Un amor de Swann" podrá volverse accesible al narrador, pero, en rigor, qué sabía "realmente" de esas historias en estos años de su adolescencia, no hay manera de decirlo. De hecho, está claro que gran parte de esa novela-dentro-de-la-novela que es "Un amor de Swann" está hecho de lo que podríamos llamar "ficción novelística", es decir llena de datos que el narrador jamás podría saber con precisión y que, por lo tanto, deberá "inventar" a la hora de escribir sobre Swann -diálogos, pensamientos, impresiones, conexiones con otros hechos, etc. Hay, entonces, al menos dos planos en el relato sobre Swann: el de los hechos que el narrador pudo "descubrir" investigando (contados por otros, evidentemente) y los que debió "inventar". La ficción que es "Un amor de Swann", en cualquier caso, podría estar basada parcialmente en "hechos reales": tratándose de una novela, por supuesto, esto genera dos planos de ficción, dos niveles: uno básico, donde aceptamos que existe alguien llamado Charles Swann, y otro por encima de este, donde aceptamos lo que nos cuenta un narrador todavía sin nombre sobre esa persona. Esos dos planos, en algunos pasajes, son puestos en relación. Por ejemplo:
Y Swann debía de haber visto producirse (...) algo análogo: pues se podía considerar aquel piso en el que me recibía el lugar en el que habían ido a confundirse (...) no sólo el piso ideal que mi imaginación había engendrado, sino también otro: el que el celoso amor de Swann, tan inventivo como mis sueños, le había descrito con tanta frecuencia, aquel piso común de Odette y de él que tan innacesible le había parecido una noche en que Odette lo había llevado junto con Forcheville a tomar naranjada en su casa, y lo que había ido a fundirse, para él, en el plano del comedor en el que almorzábamos era aquel paraíso inesperado en el que en otro tiempo no podía él imaginarse -sin turbación- diciendo a su mayordomo aquellas mismas palabras -"¿está lista la señora?"- que le oía yo pronunciar ahora con ligera impaciencia, mezclada con cierta satisfacción del amor propio. (p.118)
La narración del presente (los 15-16 años del protagonista) se funde, a través de la evocación a un lugar en el espacio, con el relato de "Un amor de Swann"; el narrador se incluye en un lugar que dialoga con el pasado de Swann, contaminado de ficción. Esa segunda ficción se funde con la primera -la del presente, la de la narración en primera persona- y vuelve a resaltar la artificialidad, la cualidad novelística del texto. No podemos confiar en nada, en otras palabras: se nos recuerda que el narrador también está reconstruyendo su pasado como reconstruyó el de Swann, apelando a todo tipo de trucos novelísticos, libre de inventar.
Más adelante reaparece Bloch, un amigo del narrador que habíamos encontrado en "Combray":
En aquel momento, nos saludó a la Sra. Swann y a mí, un joven que le dio los buenos días sin detenerse y a quien no sabía yo que conociera: Bloch. A mi pregunta al respecto, la Sra. Swann me respondió que se lo había presentado la Sra. Bontemps y que era agregado al gabinete del Ministro, cosa que yo ignoraba. Por lo demás, no debía de haberlo visto con frecuencia -o bien no había querido citar el nombre, que tal vez considerara poco "distinguido", de Bloch-, pues dijo que se llamaba "Sr. Moreul. Yo le aseguré que se confundía, que se llamaba Bloch. (p.123)
La reticencia de Odette a nombrar adecuadamente a Bloch -si es que sabe su verdadero nombre, claro- puede deberse al origen judío del amigo del narrador. En cualquier caso, lo de "agregado al gabinete del Ministro" sea probablemente mentira -Bloch, para empezar, no es mayor que el narrador-, por lo que cabe pensar que también mintió con su nombre.
Otra sección de esta primera parte de A la sombra... termina en la página 126, tras el relato de una discusión acalorada entre Gilberte y su padre.

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